La importancia del juego en familia: Nuevo encuentro de crianza consciente en la embajada de La habitación de Jana en México

Solo se puede aprender aquello que se ama

Cada vez hay menos infancia; los horarios y agendas de nuestros pequeños son de infarto. Aula matinal, colegio, actividades extraescolares, deberes... ¡No hay tiempo para el juego! El desarrollo emocional del niño viene de la mano del juego. Se aprende más jugando que estudiando, y sin embargo, ¿de cuánto tiempo disponen en la actualidad los niños para jugar?

Jugar es un impulso que nos empuja desde pequeñitos a observar, descubrir, manipular e interpretar el mundo que nos rodea ¿Qué es lo primero que hace un niño cuando le dejamos tranquilo? ¡Jugar! ¿Y si no le interrumpimos? ¡Seguiría jugando! Pero... ¿Cuánto tiempo le dedicamos al juego en nuestros hogares?

A finales de 2018, el periódico La Vanguardia publicaba un estudio de la juguetería Famosa, que recogía que el 60% de los padres no juega con sus hijos ni dos horas a la semana ¡Dos horas a la semana! ¿Cuánto tiempo le dedicamos a la televisión o a las redes sociales? El documento señalaba que seis de cada diez personas no dedicaban ni dos horas a la semana a jugar a pesar de que tres de cada cuatro admitía lo importante que es y hasta lo consideraban un planazo. Pero no lo hacen... Y jugar en familia no sólo tiene beneficios para nuestros pequeños ¡también para nosotros! Los aprendizajes más importantes de la vida se hacen jugando. Jugar en familia mejora el dominio de las emociones, reduce el estrés y hasta nos ayuda a ganar vitalidad y flexibilidad mental. El juego en familia ha sido el objetivo central de cada una de nuestras acciones formativas que impartimos de manera online a través de nuestra escuela de formación y tema de conversación principal en los diferentes encuentros de crianza consciente.

Sobre la importancia del juego conversábamos hace unas semanas en nuestro encuentro Juego y emociones en Barcelona en compañía de nuestra familia Jugaia, y mañana domingo, lo hará nuestra querida Lucía Carrillo Martínez en el segundo encuentro de crianza consciente en el Colegio Josefina Sandoval Sevilla, nuestra embajada en México de La habitación de Jana., nuestro Ministerio de la Infancia.

En este primer encuentro hablamos de la importancia de las reuniones familiares y programar ratos especiales con nuestros pequeños. Y en esos ratitos, el protagonista debe ser el juego. Hay una cita que me encanta y es: "El juego infantil es su forma de vida, no se hace con intención, no se hace para divertirse (esto es cosa de adultos); el niño juega por jugar y esa es su gran riqueza. No tiene límites, es el mundo a trocitos en las manos de un niño, realidades infinitas con posibilidades de ser manipuladas, solo o acompañado, que inventan aquello que pueden tocar por no estar a su alcance y luego tocan aquello que inventan". Cuando un niño no tiene nada que contar, probablemente es que no ha podido jugar. Jugar implica diversión, entrega, pasión, entusiasmo... ¡El juego es fuente de crecimiento personal!

¿Y el juego al aire libre? Nuestros pequeños en contacto con la naturaleza, se calman. El parque siempre está disponible, es gratuito, de acceso libre y horario flexible ¡No hay excusas! Es el momento idóneo para descubrir, imaginar, crear y hasta entrenar habilidades sociales sumamente importantes en la edad adulta como la empatía y la asertividad. Jugando con otros niños y niñas, y al aire libre, nuestros hijos desarrollan el sentido de la independencia, también el de la responsabilidad; con libertad y autonomía, aprenden a ser más autosuficientes y a tener más confianza en sí mismos, lo que llamamos autoestima, uno de los ingredientes fundamentales de la receta que llaman felicidad.

El juego de un niño no se evalúa, no se califica... No es importante plantearse cuánto aprende, sólo procurar que la experiencia de juego sea rica y variada. En los primeros años de vida, el potencial del niño es impresionante. Sus capacidades son ilimitadas, es todo su cuerpo el que percibe y piensa. Sólo nuestras expectativas son las que le encorsetan. "Para que su desarrollo suceda como es debido, tenemos que escuchar más y hablar menos, admirar más y mirar menos, tocar más y dirigir menos, saborear cada minuto por el valor que éste tiene, y no por el que tendrá en el futuro", escribe Mar Romera en uno de nuestros libros favoritos de crianza respetuosa como es La familia, la primera escuela de las emociones.

El juego es y será el principal canal para el aprendizaje, el crecimiento y el conocimiento ¡Y el juego en familia para el niño es vital! Todo lo que se aprende desde el amor, se interioriza para siempre. Y el mejor juguete es aquel que sin ser nada, puede serlo todo... Agua, barro, piedras... Para Francisco Mora, autor del libro que os recomendaba esta semana en La habitación de Jana, su manual de Neuroeducación, "el juego es el mecanismo inventado por la naturaleza a través del cual el niño aprende y adquiere habilidades y capacidades de un modo eficiente, y esto le hace ser más apto para el mundo. Es el proceso por el que en las primeras edades se realizan casi todos los aprendizajes valiosos posibles. El juego es el elemento que tiene el cerebro para aprender y para experimentar, tanto en lo propiamente cognitivo como en lo emocional. El niño juega porque le produce placer, él no sabe que ese es el mecanismo inventado por la naturaleza que lo empuja a aprender, a entrenar emociones, a descubrirlas, a familiarizarse con ellas, con sus respuestas y consecuencias. El placer es el mecanismo último con el que se disfraza el aprendizaje, que es lo que le permite conseguir los objetivos que la naturaleza le demanda, lo mismo que cuando siente hambre le empuja a comer, sed a beber o sueño a dormir. El juego es el mecanismo mediante el cual el niño, aprendiendo cambia su propio cerebro, y con ello se prepara para el resto de las etapas de su vida".

Gracias Lucy por mañana ponerle voz al juego y hacer posible que La habitación de Jana, nuestro Ministerio de la Infancia inspirado en el proyecto Educar para la Paz al que tantísimo tiempo de su vida dedicó nuestra querida Maria Montessori, sea en tu país, en México, una realidad ¡Gracias amiga!

 

 

Carla Peña

Periodista

Guía Montessori y Educadora de Familias certificada en Disciplina Positiva

 

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