La caja de luz: Una herramienta de juego de Matrícula de Honor

La creatividad es la inteligencia divirtiéndose

Un buen juguete es aquél que además de permitir desarrollar una habilidad, invita al niño a entrenar sus sentidos. Esta afirmación, acuñada por el filósofo alemán Immanuel Kant (1724-1804), refuerza la opinión de que la caja de luz es probablemente una de las mejores herramientas de juego que existen en la actualidad en el mercado.

“El cerebro trabaja incesantemente para recibir, procesar y almacenar información. Esto nos permite relacionarnos y comunicarnos con el ambiente y con nosotros mismos” escribe la doctora Silvana Quattocchi Montanaro, psiquiatra y profesora de Psicopedagogía Neonatal en el Hospital Cristo Rey de Roma, autora del libro Un ser humano. En este sentido la doctora nos plantea: “¿Sentimos la responsabilidad y la necesidad de dar a nuestros hijos el adecuado alimento diario para sus mentes, así como nos preocupamos de su desarrollo físico?”.

 

La respuesta es un sí rotundo cuando les ofrecemos a nuestros hijos herramientas de juego de calidad, como es el caso de la caja de luz de madera la juguetería Jugaia. Las posibilidades de juego a través de la experimentación y la expresión artística con un elemento tan fascinante como es la luz son infinitas.

Disponible a la venta en diferentes opciones y tamaños, tras analizar en detalle todas sus posibilidades, en casa decidimos incluirla en nuestra carta a los Reyes Magos.

 

Se trata de un material que además de estimular la creatividad, ayuda al niño a desarrollar la concentración y la focalización de la atención, condición esta última indispensable para que el aprendizaje tenga lugar.

 

Con los diferentes materiales que podemos ofrecerle al pequeño para exprimir el potencial de la cajas y mesas de luz de Jugaia como son las paletas o flores de colores, las formas geométricas, las plantillas de animales, los cubos traslúcidos o los propios bloques sensoriales de los que te hablaba en el artículo anterior, las situaciones y escenarios de juego que el niño puede crear son tantos como su imaginación logre alcanzar.

La caja de luz es una herramienta de juego que se recomienda a partir de los dos años de edad, cuando denotamos que su destreza con las manos se ha desarrollado de manera notable, es decir, la pinza índice-pulgar a partir de este momento es más fuerte y combinada con la rotación de la muñeca, le facilita al niño actividades que hasta ahora le eran imposibles de realizar como son vestirse, comer con cubiertos, cortar, construir, enhebrar, ensartar, enroscar, trasvasar con precisión o dibujar.

 

La caja de luz le permite al niño: experimentar y crear tantos escenarios y espacios de juego como sea capaz de imaginar a través de los distintos materiales translúcidos; trabajar con arena: trazar números, letras… Dibujar con témperas cubriendo previamente la caja con plástico transparente; observar los detalles de distintos elementos u objetos (por ejemplo los nervios de las hojas de una planta); combinar la caja de luz con espejos, etc.

 

A través del mando a distancia que incorpora la caja de luz, podemos regular la intensidad (doce posibilidades) y seleccionar diferentes colores para los escenarios de experimentación y juego. La nuestra dispone además de un asa que permite transportarla fácilmente.

La exploración libre de materiales sensoriales invita al niño a investigar y descubrir por sí mismo el mundo que le rodea. Solo el ser humano es capaz de imaginar algo que solo existe en su mente y convertirlo en realidad. En la infancia, el juego es el vehículo perfecto.

 

“La educación que desarrolla simultáneamente distintos canales sensoriales, da a los niños la permanente oportunidad de tener un cerebro capaz de recibir un flujo más rico de información del mundo exterior. Con estímulos más ricos –escribe la doctora Montanaro– podemos esperar una vida más rica para cada ser humano y, ojalá, una mejor comunicación y comprensión entre un mayor número de seres humanos”. El niño tiene el excelente poder de construir al adulto del mañana. El futuro de la humanidad se juega en la infancia.

 

Gracias al pequeño que aparece en las imágenes por compartir una tarde de juegos conmigo e inspirarme para escribir este artículo. En enero, y después de que Jana experimente con la caja de luz de Jugaia, actualizaré el post.

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